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No, no ha sido ni un telepredicador, ni un locutor aficionado a las teorías de la conspiración, ni un tuitero con tendencia al mensaje apocalíptico. La mujer que ha pronunciado la frase “nos tostaremos, nos asaremos y nos churruscaremos” ha sido la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, durante una conferencia en Riad (la capital de Arabia Saudí) celebrada el pasado martes. Un escenario imposible de sortearsi no tomamos “decisiones críticas” sobre el cambio climático. 

“Si no nos enfrentamos a estos problemas, nos encaminamos hacia un futuro muy oscuro”, señaló durante la reunión. La fecha concreta, 2050. Pero la preocupación de uno de los nombres más importantes en materia económica del mundo no se refiere únicamente a los efectos directos que el aumento de la temperatura puede provocar en todo el planeta, sino también a las consecuencias indirectas en forma de migraciones climáticas y aumento de la desigualdad social, uno de los temas que más ha preocupado al FMI durante los últimos años, ya que es un catalizador de la inestabilidad política.

“La creciente desigualdad daña el crecimiento, erosiona la confianza y alimenta tensiones políticas”, ha señalado la presidenta del FMI


Si queremos que el futuro sea “una utopía y no una distopía”, debemos hacer algo, recordó Lagarde. En la conferencia también se refirió a la importancia del descenso del precio del petróleo. Este mismo año, el FMI anticipó en su estudio 'Cabalgando la transición energética: el petróleo más allá de 2040' que el auge del vehículo eléctrico puede hacer descender el precio de este carburante a 15 dólares el barril en unas décadas. Una situación que puede tener sus efectos negativos, avisó Lagarde, como la “presión en los saldos fiscales de los exportadores”.

Es uno más de los movimientos que se producirán en las próximas décadas y que reconfigurarán las relaciones de poder que hasta el momento existían. Un nuevo panorama en el que algunas regiones pueden salir ganando sustancialmente, mientras que otras tendrán que enfrentarse a situaciones adversas que no podrán solucionar por sí mismas. Para ello hay que estar a la altura del reto, lo que llevó a Lagarde a adherirse a las críticas al presidente estadounidense Donald Trump por anunciar su salida del acuerdo del clima de París. Su lógica es que los desafíos futuros no pueden solucionarse con ideas pasadas, lo que pasa por dar prevalencia a problemas como la rampante desigualdad.

 

Todos debemos crecer para evitar el fin

 

Estas diferencias entre unos y otros (regiones, países, clases sociales, géneros o individuos) ha obsesionado al FMI durante los últimos años. Hace apenas una semana, Lagarde volvía a repetir que la desigualdad era uno de los problemas más acuciantes durante las próximas décadas, ya que “aparte del imperativo moral, daña el crecimiento, erosiona la confianza y alimenta tensiones políticas”. Gran parte de esta desigualdad está motivada por los problemas medioambientales. “A pesar de la reducción de la pobreza y la desigualdad entre países en la última generación, la desigualdad de oportunidades, ingresos y bienestar dentro de los países ha aumentado”.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-26/tostaremos-asaremos-cambio-climatico_1466633/ 

“Nos tostaremos y nos churruscaremos”: el FMI alerta sobre el cambio climático

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